
Nuestros niños merecen ser respetados en su madurez, inteligencia, desarrollo e integridad individual. Esto incluye el ámbito humano y espiritual totalmente. Si lo pensamos detenidamente, es un futuro maravilloso el que podrían enfrentar.
El ambiente en el que se mueven los niños les ha restringido las oportunidades de que reciban la mejor formación. Si en años anteriores era complicado ver un futuro digno, hoy debemos sumar los ambientes inseguros en los que viven. Mi sueño es ver, antes de que el Señor me llame a su presencia, un escenario en el que los padres, las autoridades y los maestros les brinden todas las oportunidades necesarias para brillar a cada instante.
Ejemplo en palabra
Los niños de hoy están tan influenciados por lo que miran en redes sociales y la televisión que sus compañeros y muchos adultos son sus grandes antímodelos en el lenguaje. Compiten por usar las palabras en doble sentido, cantar versos obscenos y vulgares porque en ellos viven. Sería tan lindo escucharlos bendecir a los demás, ofrecer consejos dignos de ser seguidos y obedecidos.
Ejemplo en conducta
Bailar desenfrenadamente, hacer movimientos o señas groseras, burlarse de los demás e ignorar a la autoridad son elementos que hoy en día se ven “normales” en los niños. Cuando ellos ven que son acciones que no causan consecuencias importantes, dejan de prestar atención en evitarlas. Ni piensan en lo mal que se ven, porque casi nadie les dice que lo eviten. La Iglesia tiene mucho por enfatizar desde los púlpitos a los congregantes.
Ejemplo en amor
Hablar del amor se ha vuelto delicado. El verdadero amor lo encontramos en la relación hombre-mujer descrita en la Biblia, en la obra salvadora realizada en la cruz y en las
acciones que Jesús demostró hacia todas las personas, incluso, quien le entregó, le persiguió y lo crucificó. Amor incluye una carga de respeto total. Entender los límites de muchas cosas para con nuestros semejantes. Respeto que pienses diferente, pero no estoy obligado a aceptar y vivir de acuerdo con tus pensamientos. Asimilar esto nos trae paz y nos permite hablar a otros del amor que nos rige por voluntad personal.
Ejemplo en espíritu
Lo que dirige nuestras decisiones, conducta, conversaciones y relaciones es producto de lo que tenemos en el corazón y en la mente. Dejar que los niños estén moldeados por lo que miran en los videojuegos, los reels, historias, shorts o videos, corrompe su inteligencia y su carácter se moldea con base en lo que ahí se comunica. Pensar que los 60-90 minutos que pueden pasar en un salón de Escuela Dominical son suficientes reduce significativamente su impacto. Ser consistentes en los espacios en los que los niños se mueven fortalecerá su formación espiritual.
Ejemplo en fe
El modelo de fe de los niños ha sido restringido a ciertos lugares, horarios y personas. Pensar que lo asimilarán es igual a poner bajo la almohada las notas del curso por el cual seremos examinados la noche anterior a dicho examen. ¡No! La fe se construye día con día con ejemplos, testimonios, historias y acciones de agradecimiento a Dios por lo que vivimos y lo que otros experimentan al caminar con Dios.
Ejemplo en pureza
Lo más triste que he visto y escuchado es aquellos videos en los que los adultos buscan hipersexualizar a los menores colocándolos en espacios y condiciones en los que no tienen opción de elegir. Con ropas, movimientos y conductas ajenas a su edad y seguridad intelectual y moral les atribuyen la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo. La decadencia humana en Sodoma y Gomorra fue así desarrollada por los adultos. Hoy lo permitimos en millones de niños sin la restricción debida.
El apóstol Pablo le escribió un día a su discípulo Timoteo: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12 RV60). Estoy seguro de que ha sido repetido a millones de personas por varios siglos. Hagamos que cada niño entienda este mensaje de integridad ante Dios y, como modelos responsables que somos los adultos para ellos, vivamos de forma que inspiremos su actuar y decir todo el tiempo.
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