En los últimos años se escucha mucho la palabra influencer. Pero ¿se puede ser un maestro influencer?
Para responderlo, primero hay que saber ¿qué es? La RAE define: “La voz influencer es un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales” . Sus opiniones y aportes tienen credibilidad sobre los temas en los que están especializados e influyen en decisiones y comportamientos. Se ganaron la confianza de sus seguidores y son sus consejeros.
¿No debiera ser ese el lugar de los padres, maestros, pastores? ¿Quieres ser un influencer para los niños que están a tu alrededor?
Jesús fue y puede ser el mejor de los influencers
En la actualidad, los padres rogamos para que nuestros hijos apaguen el celular y se alejen de los influencers. En la Biblia, vemos que fueron los mismos padres quienes llevaron sus hijos a Jesús. Ellos escucharon o lo vieron hacer milagros, responder con sabiduría las preguntas de los líderes de la época, acercarse a una mujer mientras era discriminada por otros. Además, fueron testigos del interés de Jesús hacia los niños. Cuando los niños molestaban para los discípulos, Él dijo: “Dejen que los niños vengan a mí” (Mateo 19: 14 NTV). La aceptación es clave para ser un influencer.
En una oportunidad, estando en el templo, “los niños le gritaban alabanzas a Jesús, el Mesías” (Mateo 21: 15 TLA). ¿Cuándo alabas a alguien? Cuando lo admiras, cuando reconoces lo que hace por ti, cuando te sientes aceptado por esa persona. No lo alabas cuando te es indiferente.
¿Qué dicen los niños de mí? ¿Qué dicen los niños de ti? ¿Elegirán seguirnos?
Mirando la vida del Señor Jesús encontramos dos áreas en las que él fue un influencer y nosotros podemos serlo también para nuestros alumnos.
Jesús fue un influencer con sus palabras
Estaba interesado en que sus palabras marcaran positivamente a quienes lo rodeaban, porque sabía que lo que tenía para decirles era bueno para ellos. Sus palabras daban vida, esperanza, motivaban a seguir adelante.
¿Cómo son nuestras palabras? ¿Qué nos escuchan decir los niños? Lo que decimos, ¿influye en ellos de manera positiva? La Biblia nos dice cómo deberían impactar nuestras palabras:
Consolando: “Las palabras que brindan consuelo son la mejor medicina” (Proverbios, 15: 4, TLA).
Animando: “Las palabras amables son como la miel: endulzan la vida y sanan el cuerpo” (Proverbios, 16: 24, TLA).
Aconsejando: “Las palabras dichas a tiempo son como manzanas de oro con adornos de plata” (Proverbios, 25: 11, TLA).
Jesús fue un influencer en su relación con los demás
Trabajaba con otros: eligió trabajar acompañado de doce hombres diferentes. Distribuyó el trabajo, no lo acaparó por más que podía hacerlo, ni se jactó de sus capacidades. En más de una oportunidad, pedía que sus milagros no se contaran.
Nuestros alumnos, ¿nos ven trabajar en equipo? ¿Compartimos la tarea? ¿Aceptamos la participación de los demás? ¿Qué sentimos por nuestras habilidades y por las de los demás? Seamos influencers en eso también. Demostremos lo que dice Eclesiastés 4: 9 (NVI), “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo”.
Aceptaba al otro: el carácter fuerte de Pedro, las dudas de Tomás, los caprichos de Juan y Jacobo. Jesús atendió a cada una de estas particularidades, pero con amor y paciencia. Nuestros alumnos nos ven cuando nos relacionamos con otros. Seamos influencia en el trato hacia los demás. “Sean humildes, amables y pacientes, y bríndense apoyo, por amor, los unos a los otros” (Efesios, 4: 2, TLA).
Compartía tristezas y alegrías: Jesús estuvo en una boda, pero también acompañó a dos mujeres cuando falleció su hermano. ¡Qué lindo es cuando nos ven apoyando a los demás en dificultades, riéndonos de nuestros errores, compartiendo alegrías!
No podemos influenciar con lo que no fuimos influenciados. Para ser “maestros influencers”, primero tenemos que dejarnos influenciar por Jesús, permitir que dirija nuestras vidas, nos aconseje y nos cambie. Para eso, debemos buscarle cada día y dejarlo actuar. ¡Así seremos “maestros influencers”!
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