Este es nuestro momento

 


En el libro de Lucas, podemos leer un momento específico en la historia en el que se realizó la anunciación del nacimiento milagroso de Jesús en cuatro eventos significativos.

El primer momento se encuentra en Lucas 1:26-38 con el anuncio del ángel Gabriel; la narración comienza explicando claramente que esto fue organizado por Dios en un tiempo definido (Lc 1:26-27 RVC). El siguiente es cuando el mismo ángel es enviado a entregarles la noticia a unos pastores que estaban cuidando sus rebaños (Lc 2:8-20). El tercer anuncio fue hecho por Simeón y ocurrió cuando María y José llevaron al niño a Jerusalén para ser presentado a Dios (Lc 2:22-37). El cuarto fue efectuado directamente por el niño Jesús a sus padres, en Lucas 2:41-52.

El primer anuncio presenta la identidad del héroe principal del Evangelio y se refiere a Él como alguien destinado a ser grande y a ser llamado hijo del Altísimo, específicamente, dice que Dios le dará a Jesús el trono de David y que Jesús reinará sobre la casa de Jacob para siempre. El gobierno de Jesús no tendrá fin.
Por otra parte, Lucas relata la visita de María a su prima Elisabet (Lc 1:39-56). Esta narración, en su mayor parte, es un intercambio verbal entre estas dos mujeres. Elisabet sabe que el Señor le ha hablado a María y hace énfasis en la fe de María.

El episodio del nacimiento de Jesús se encuentra en Lucas 2:1-7 y da paso al siguiente anuncio, la visita angelical a un grupo de pastores (Lc 2:8-20). Es un mensaje a los pastores, y luego de los pastores a los presentes en la escena del nacimiento sobre el nacimiento de Jesús y su identidad, transmitido, primero, por un ángel sin nombre y la hueste angelical que lo acompaña. Es así como los pastores representan el papel de mensajeros y de portadores de las nuevas del ángel (Lc 2:17). El mensaje de paz que recibieron por parte de los ángeles (Lc 2:14) es el primer regalo que se deriva del nacimiento del Salvador.

El siguiente anuncio es presentado en Lucas 2:22-35 cuando la acción se traslada de Belén a Jerusalén y se realiza en el templo. Este mensaje amplía de manera notable el anuncio del ángel a María (Lc 1:26-38) y ampliado por los pastores (Lc 2:15-20). Este mensaje es entregado por Simeón y que también se refiere a quién es este niño. Se repite la terminología usada por el ángel, pero también se agrega que, a través de este recién nacido, la salvación va a ser para todas las naciones, es decir, tanto judíos como gentiles. Además, en la siguiente frase Simeón insinúa el dolor que tendrá que soportar su madre, implícito en la imagen de una espada que penetra en el alma (Lc 2:35).

Como conclusión de la narración acerca de la infancia de Jesús, presentada por Lucas, se encuentra un episodio y es el anuncio del niño Jesús a sus padres (Lc 2:41-52). En este caso, paradójicamente, el mismo niño Jesús le entrega a su madre una nueva información sobre él mismo, que no fue anunciada en los eventos anteriores. Jesús habla por primera vez y se dirige a sus padres, haciendo una revelación sobre sí mismo en la que afirma su relación con su Padre celestial (Lc 2:49). Se puede ver, entonces, en todos los eventos que se han descrito que, Gabriel, Elisabet, los pastores, Simeón y Jesús entregan un mismo mensaje en diferentes escenarios.

Si revisamos estos eventos esta Navidad, podemos ser conscientes de la invitación para prestar atención de una manera retrospectiva recordando ese momento en nuestras vidas en el cual nosotros recibimos el anuncio de salvación y la paz ofrecida a través de Jesús. Por otra parte, nos permite mirar hacia nuestra labor de ser portadores de este mensaje; al saber que la paz es el primer regalo que se deriva del nacimiento del Salvador, de la misma manera que los pastores fueron el conducto para la difusión del mensaje que acababan de recibir.
Gracias por apoyar y servir con Entre Niños para que, juntos, podamos ser portadores de este gran mensaje que hemos recibido. Este es nuestro momento para que juntos anunciemos, “¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra a todos los que gozan de su favor!” (Lc 2:14 RVC).


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