Mi identidad, discipulado intencional

Líderes de Niños Padres

Nuestra niñez está viviendo bajo nuevas leyes gubernamentales y presiones de temas inmorales contra nuestras creencias, valores y la moral. Por eso, los hermosos currículos de enseñanzas deben ser evaluados con cuidado; ahora bien, vale la pena preguntarse si estos recursos ayudan a los niños a enfrentar a la sociedad en que viven; ¿suplen las herramientas necesarias para que ellos caminen con Jesús victoriosos?; ¿qué temas dejaron fuera que su grupo de niños necesita conocer y hay que enseñar para un mejor discipulado infantil?

Una coordinadora de un ministerio de niños me hizo unos comentarios y me planteó su idea, la cual consideré magnifica. Estaba enfocada en un discipulado intencional, práctico y poderoso para sus niños. Con mucho aplomo y seguridad me comentó, “Al discipular a la niñez debemos tener tres temas en mente que se hacen pertinentes como instrumentos de defensa y armadura para que ellos puedan lidiar con la sociedad en que viven. Estos son:

  1. Mi identidad: “Yo soy un diseño perfecto”, es decir, trata de género, mi familia, Dios el gran diseñador.

  2. Mi fe: “Lo que yo creo”. Defensores del Evangelio y ¿por qué soy cristiano? Toma una posición sin miedo.

  3. Mi misión: “Yo soy la iglesia” parte del cuerpo de Cristo, la Gran Comisión, servicio, trabajamos juntos en amor “Yo quiero —continuó diciendo— que los niños crezcan sin temor y apoderados de herramientas espirituales frente a lo que los rodea”.

Creo que esta líder tiene trazado un buen plan que seguir en su desarrollo y búsqueda de un buen currículo y recursos. Estamos viviendo momentos desafiantes. Hay que darles a los niños esperanza en medio del caos que viven. Equiparlos con fe y coraje para abordar los problemas que, a muy temprana edad, enfrentarán o que ya están afrontando. Siendo estas, para ellos, situaciones difíciles de manejar. Necesitamos un esfuerzo deliberado (como líderes y padres) para buscar la forma y la estrategia de incorporar estos temas para así cimentar un fundamento sólido en la niñez.

Queremos ver niños como José huyendo de la tentación; como Daniel y sus tres amigos en una civilización pagana manteniéndose firmes hasta con amenaza de muerte. Como la niña, sierva de Naamán, una refugiada esclava dando testimonio a su enemigo y como Samuel, un niño sensible a escuchar la voz de Dios. ¡Eso es lo que buscamos! ¡Niños y jóvenes valerosos que influyan al mundo!

Yo creo que los niños pueden provocar una transformación en las familias, en la comunidad y en el mundo entero. ¿No lo cree usted también? Estos niños vienen a nuestras reuniones y usted los conoce. Muchos vienen de familias desintegradas, en conflictos, expuestos a peligros. Niños presionados, depresivos, descontrolados, retraídos…, toda clase de niños con un potencial inmenso para el reino de Dios ¿Podremos alcanzar a estos niños y provocar en ellos una transformación que trasforme a otros?

Quizás, usted me diga, es que no he encontrado un currículo que abarque todos esos problemas, temas o situaciones que enfrentan los niños. Está en lo correcto, por eso, es vital evaluar los currículos y añadir lo que falta o personalizarlos a la necesidad. Ahí es donde entra su creatividad. Junto con su equipo del ministerio pueden sentarse, escribir, agregar, modificar y crear. Cuando oramos y buscamos en oración soluciones, las ideas comienzan a fluir y cuando miran lo que han hecho no pueden creer que Dios les haya inspirado algo tan bonito.

El concepto de “hacer discípulos” no debe depender de cuántas canciones, juegos, historias y actividades llevamos a cabo. Debe ser intencional, sin desenfocarnos de la gran comisión que nos dio el Maestro. Sabiendo cuáles son las herramientas que tiene que incorporar en las lecciones. Luego, con alegría y alboroto, llenos de diversión y atracción, pero con resultados tangibles, enseña con poder y gracia la lección. Pronto verá cómo van surgiendo en los niños los conceptos eternos que usted quería fundamentar en su carácter.

Ellos, entonces, sabrán quiénes son en Cristo, a quién sirven y cuál es su trabajo, ya sea en el campo médico, político, digital, agrícola, industrial, ministerial, o dondequiera Dios los lleve. Tomando los desafíos de la sociedad con valentía y arrojo, porque saben quiénes son y con quién caminan.

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