Junto con la pandemia en los Estados Unidos surgió una tensión social por un incidente lamentable de índole racial que sacudió al país. Las comunidades se levantaron alteradas frente a la injusticia y la discriminación por la identidad de raza y color de piel. Los tumultos en las calles y los gritos de odios fueron espantosos.
Estos sucesos me hicieron pensar en la niñez. ¿Qué se le estaba transmitiendo a los niños? ¿Estarían los padres, líderes y maestros proveyendo herramientas para combatir este bombardeo tóxico a sus corazones? Si usted observa a los niños pequeños jugar, para ellos no existe la diferencia de raza y color. Juegan, ríen y se divierten juntos. Ignoran lo que es el racismo. A veces se miran la piel con curiosidad, se tocan, y hablan. Me acuerdo de dos niñitas que estaban en una piscina pequeña detrás de su casa, chapaleteando en el agua y hablando de su piel. Una le decía a la otra “tú eres mayonesa y yo soy chocolate”. ¡Cómo me reí escuchando su conversación inocente! No había prejuicio, solo honestidad, transparencia pura y naturalidad.
Son los adultos los que con gestos, palabras y conductas van predisponiendo al niño al prejuicio y al odio. Es una pena que dañen la creación de Dios instigando a los más pequeños para que participen y piensen como ellos.
Es importante que como maestros, líderes y padres conversemos con los niños el tema de la diversidad apropiadamente. No debemos tener temor de dialogar sobre esto con los niños. Hay muchos libros, ayudas y recursos según las edades que les puede facilitar una conversación amena.
Podría comenzar con nuestra identidad, todos somos creados por Dios a su imagen y semejanza. (Génesis 1:26- 27) Somos valiosos. DIOS NOS AMA A TODOS y Jesús murió por toda la humanidad. (Juan 3:16)
La Biblia también tiene historia de personas de otras razas que puede usar para el tema del racismo. Ej. Rut (libro de Ruth), la moabita (Rut 1 y 2), la sirvienta de Naaman (2 Reyes 5), el buen samaritano (Lucas 10:25-37).
Celebre la diversidad. Muestre un globo terráqueo y señale la multiplicidad de países que existen, idiomas, personas, colores, comidas. Narre historias, hable sobre otras culturas, prepare comidas o vayan a comer comidas de otros países, haga juegos. Escuche o hable otros idiomas, invite a un misionero a hablar o una persona extranjera, vean una película de un país lejano, etc. Busque recursos en la internet o en YouTube.
Corrija lenguajes ofensivos, pero también defina lo que significan palabras como: raza, racismo, prejuicio, distintos, diversidad, cultura y costumbres. Ayude a los niños a que no sean influenciados por esta sociedad tan infectada por el odio al prójimo que solo se ama a sí misma.
Si ayudamos a los niños a entender el racismo, entenderán también lo que es el “bullying” o el acoso escolar y la mofa al más débil o diferente. Les estaremos dando herramientas para que se asemejen más a Jesús en su comportamiento y sus relaciones humanas aprendiendo a amar a sus semejantes como dice su Palabra. ¡Hagamos de nuestros niños ciudadanos dignos de imitar!
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