Usted llega temprano a la iglesia para preparar su clase y uno de los líderes le trae a una alumna nueva que está acompañada de sus padres. Ellos le dicen que su hija tiene autismo, por lo que tal vez no responderá a sus preguntas ni hablará con otros niños.
¿Está usted preparada para integrar a esta niña en su grupo?
¿Tiene confianza en sus habilidades para enseñarle?
La realidad es que en su grupo probablemente usted ya tiene niños con discapacidad y tal vez ni siquiera lo ha advertido. Algunos han sido diagnosticados por médicos especialistas y los califican para recibir atención especial en la escuela. Otros, tal vez nunca han sido identificados. En el ámbito de la iglesia, ningún niño debe ser separado a causa de sus diferencias. No hace falta que usted conozca el diagnóstico de una niña o un niño para que lo ame y lo integre, para que le enseñe eficazmente sobre el amor de Dios y la aceptación, o para que lo guíe a una relación más profunda con Jesucristo.
Saber más puede ayudarnos a enseñar de manera más eficaz, pero su objetivo principal no es identificar a los niños con discapacidades ni preguntarle a los padres si su hijo o hija tiene una discapacidad. Su papel principal es ver a cada niño como una persona con fortalezas, esperanzas, sueños y potencial. La meta de entender a cada niño o niña en su grupo, más allá de sus habilidades o discapacidades, cambiará la manera en que usted prepare su lección. Usted dará mayor prioridad a cómo suplir para las necesidades de sus alumnos en vez de solo realizar una hermosa presentación. Lo que es más importante, al enseñar el amor de Jesús, aceptando y amando a cada niño y niña, usted cambiará vidas para la eternidad.
¿Cómo puedo apoyar a los niños con discapacidades?
Queremos que todos los niños aprendan lo más posible. En su clase, muchas de las prácticas que se emplean en los niños con discapacidades que no es el autismo, no son eficaces para los niños con autismo. No obstante, las prácticas que se usan en los niños con autismo sí pueden ser efectivas para todos los niños, con o sin discapacidades. Los niños con autismo aprenden y procesan la información diferentemente a otros niños. Se han encontrado prácticas específicas para la comprensión y el aprendizaje que son eficaces en la enseñanza a los niños con autismo.
A veces se necesitan modificaciones para los que luchan con las habilidades motrices finas y la memorización. Igualmente, se necesitan adaptaciones para modificar el formato de la clase, como, incluir tiempo en grupos, tareas en pares o una zona de silencio. Además, muchos niños necesitan un ambiente de aprendizaje multisensorial que incluya todos los sentidos con actividades interactivas. Hay muchas otras prácticas que son de ayuda, y el uso de ellas lo harán un mejor maestro de todos los alumnos en su clase.
Enseñanza para la eternidad
Es un privilegio enseñar a los niños a seguir a Jesucristo. Usted está influyendo en ellos y mostrándoles el camino a la vida eterna. No hay diferencia alguna en el objetivo de la enseñanza a los niños con discapacidades. La Biblia claramente nos enseña que los niños están en el corazón de Dios y que Él creó a cada niño para que sea perfecto a sus ojos.
Cuando mire a todos los niños como únicos, usted se convertirá en un maestro eficaz. Siempre hay algo más que aprender, pero la experiencia es una gran maestra. Cuando usted colabora con otros, con toda seguridad será bendecido con nuevas ideas para la enseñanza y para entender a los niños. Otra fuente de aliento puede ser lo que se comparte con otros maestros; esto puede mantenerlo motivado y emocionado para continuar enseñando.
Pida al Espíritu Santo que lo guíe en la planificación de su lección. Él conoce el corazón de cada niño y lo que llega a ellos. Confíe en que Él lo está guiando cuando planifica, cuando enseña, y cuando manifiesta su amor a las personas que Él ha puesto a su cuidado.
La próxima vez que una familia traiga a su hijo a la clase y le diga que él o ella podría necesitar más ayuda que lo normal, tenga confianza, reciba al alumno con los brazos abiertos y con esperanza, sabiendo que tiene la oportunidad de ser representante de Jesús para cada niño y niña y su familia.
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