Al final podemos ver el Arco Iris

 

Con la incertidumbre de cuándo se terminará toda esta difícil distancia social a nivel mundial,

este tiempo de cuarentena ha sido un tiempo de buscar a Dios en diferentes áreas y facetas de nuestras vidas. Probablemente jamás se nos pasó por nuestra mente que Dios nos había llamado de donde estábamos en nuestra línea de vida, para vivir un momento como este en la historia. 

También muchos de ustedes han descubierto nuevas habilidades o formas de pasar en familia. Soy una de ellas. En esta larga etapa de cuarentena con todo cerrado, parques, museos, escuelas, iglesias, montañas para escalar, absolutamente todo clausurado, solo Dios en su infinito amor nos regala el momento de esta estación de nuestras vidas para ensanchar y explotar la creatividad que Él nos ha dado. Pero antes de eso una explosión interna de temor, miedo e inseguridad porque todo a lo que estaba totalmente acostumbrada por años fue quitado por una epidemia mundial y en medio de toda esa turbulencia interna y en una búsqueda desesperada, Dios me habló con claridad que mi campo misionero era el corazón de mis hijos. Jamás lo había entendido en mi mente finita, pero ahora lo vivo y eso ha llenado de gozo mi corazón al entender el rol que tengo en este tiempo cuando mis hijos varones solo tienen 5, 4 y 2 años. 

Entonces ahora estamos haciendo devocionales diarios por la mañana, leyendo la Biblia por la noche, escuela en casa, haciendo ejercicio, construyendo iglesias y ciudades enteras con legos, entrenándoles a jugar futbol, haciendo jardín de vegetales, enseñándoles a limpiar la casa, ayudando a cocinar, a hacer postres y entrenándoles para la vida. 

También entendí que Dios nos ha dado la oportunidad de descansar y de dar testimonio durante esta temporada. Hemos tenido el privilegio de orar, ver la perspectiva de Dios para orar por los demás.

Lista activa para pintar el Arco Iris en nuestras vidas y en los demás:

  1. Orar por las personas que tienen situaciones difíciles (familias con niños con necesidades especiales en casa o niñez que sufre abuso físico y sexual, por las personas que necesitan fuente laboral, por las personas que están enfermas, por todo el personal que trabaja en el área de la salud.)
  2. Orar a Dios por todo lo que hay en la mente, expresárselo a Él.
  3. Ejercicio de conciencia diaria, mi confianza, sólo este en Dios. 
  4. Orar versículos de agradecimiento y confianza en Dios aunque reciba malas noticias.  
  5. Mantener paz y gozo y estar conectados aún que estemos con distancia social y física, pero podemos estar conectados con una llamada de teléfono o por cualquier medio virtual. 
  6. Reír y compartir la serenidad de Dios cuando estoy en la tienda comprando lo que necesito para mi familia. 
  7. Mantener la relación con Dios dándole la oportunidad de que Él nos hable; y que Él nos hable es una gran bendición. 
  8. El beneficio de la epidemia es que la esperanza es atractiva en este tiempo para cristianos y no cristianos. Es tiempo de compartir a Jesús por los medios sociales a los que tenemos acceso.

“Pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad». Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo”.

(2 Corintios 12:9 NVI) 

El conoce nuestras debilidades, y nuestras fortalezas el conoce los lugares específicos de nuestro corazón que necesitan misericordia y gracia. Recordemos que el Evangelio es poderoso y es personal. 

Jesús es la verdad y la luz y porque Él vive es que podemos enfrentarnos al mañana y porque Él vive todo miedo, fatiga, desesperanza, dolor, epidemia es quitada. Es por ello que podemos ver el arco iris al final de la tormenta porque Él cumple sus promesas siempre. Lo ha hecho de generación en generación y lo seguirá haciendo.


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