En defensa de la fe de nuestros hijos: cómo enseñarles a tus hijos a desafiar las mentiras de la cultura

Líderes de Niños Padres

¿Qué pasaría si pudiéramos entrenar a nuestros hijos para pensar bíblicamente antes de que se presenten las preguntas que desafían su fe? No es suficiente con decirles cuáles son las ideas que se levantan contra Dios (2 Corintios 10:5). Debemos entrenarlos para utilizar el pensamiento crítico durante su lectura de libros, al ver una película, escuchar una canción, y sí, ¡hasta cuando escuchan una predicación! Aprender y enseñar apologética es una de las mejores cosas que podemos hacer cuando desempeñamos nuestro papel de padres.

Soy nueva en apologética (defensa de mi fe). ¿Por dónde empiezo?

1. Conozca su Biblia. En primer lugar, ministramos a nuestras familias y para hacerlo bien, debemos practicar lo que creemos. Debemos permanecer en la Palabra de Dios y en oración constante. Después de todo, no podemos defender una Biblia que no conocemos.

2. Reúna herramientas. A menudo, los creyentes se sienten intimidados por la idea de entrar a la apologética porque piensan que se requiere que sepan todas las respuestas. Este no es el caso. Debemos ser modelo al tener sed por aprender si queremos que nuestros hijos hagan lo mismo, pero no tenemos que saberlo todo al mismo tiempo. Los materiales buenos de apologética abundan, tanto impresos como en línea. ¿No le gusta leer?, escuche un podcast; ¿necesita ver y escuchar qué está sucediendo?, vaya a los recursos de apologética en YouTube; ¿necesita reunirse con otras personas?, hay muy buenos grupos de Facebook cuyo único propósito es discutir preguntas de apologética. Lo más importante es dar el primer paso.

3. Programe tiempos familiares regulares para estudiar. Después de haber recolectado sus recursos, cree un tiempo y espacio con su familia para discusiones regulares. De manera intencional, hágales preguntas difíciles a sus hijos acerca del cristianismo. No solamente les enseñamos las respuestas, sino también debemos enseñarles dónde encontrarlas. Quizá, no podremos tener muchas lecciones al día, pero podemos empezar con una reunión semanal para tener estudios bíblicos y sostener conversaciones intencionales durante el día. Hagamos un compromiso de ser la generación de padres que restauren el cristianismo a un estado de pensamiento crítico, academia y práctica de vida real al hacer de Cristo y sus verdades la prioridad deliberada de nuestras rutinas familiares diarias.

4. Encuentre otros padres que piensen como usted. Luego, retomemos el enfoque fundamental de centrarnos y aprender desde nuestros hogares hacia nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Siendo padres cuidadosos podemos compartir nuestra emoción y confianza para defender las verdades del cristianismo por medio de clubes de libros de apologética en nuestras iglesias, incorporando más apologética en nuestras clases de escuela dominical para todas las edades y participando en grupos de discusión en línea. Así como un carbón no puede permanecer encendido por sí mismo, el entusiasmo se puede disipar, si lo guardamos para nosotras mismas. Discutir ideas de apologética con otras personas es la forma en la que experimentaremos que el hierro aguza al hierro (Proverbios, 27: 17).

5. Practique, practique, practique. Finalmente, tome lo que está aprendiendo y practique tener conversaciones, aunque lo haga con extraños. Sé que esto suena difícil, pero esto es lo que las madres cuidadosas necesitan: ser muy valientes. Jamás le pediría hacer nada que yo no haya hecho. He descubierto que un elemento clave para el éxito es hacerle preguntas a la gente acerca de sus creencias y las razones que las sostienen. Otra clave es practicar mucho.

Algunas personas asumen equivocadamente que defender su fe significa que deben hablar todo el tiempo, pero, a menudo, es mejor hablar lo menos posible. Deje que el otro comparta sus ideas y las razones por las que cree lo que cree. Es una magnifica manera de aprender acerca de la visión de la otra persona (y evitar los malentendidos), y también ayudar a la otra persona de manera gentil y respetuosa a descubrir áreas en las que su razonamiento falla. Todo lo que necesitamos es hacer las preguntas correctas.

Padres, encuentren satisfacción en el papel que representan como padres e hijos del Rey, al poner en práctica el importante trabajo de la apologética. ¡La necesitamos! Como le decimos a un padre o una madre cuidadoso: “la apologética quizás, no afecte su fe, pero sí afectará la de sus hijos”.

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